A Roser y a Juan les faltaba celebrar la parte más festiva de su boda. Y así fue. Bajo la atenta mirada de unos girasoles que no perdían detalle de lo que allí acontecía, los amigos y familiares de los novios se dieron el #SíQuiero.
La Finca El Teular de Sueca acogió esta boda llena de encanto, de emoción, de verde y de mucho amor. Durante meses se estaba preparando todo para que ese día nada faltase, y nosotros no podemos estar más agradecidos de haber compartido con los novios este momento. Ellos estaban radiantes y sus invitados impacientes porque llegase el día.
Como decíamos, hubo uno pretencioso protagonista que quiso colarse en la boda, y desde luego no pasó desapercibido. ¡Querido girasol! Qué forma, qué color, qué presencia. Cómo llenaste cada uno de los rincones. Y qué bonito quedó. Roser lo tenía claro e incluso para su ramo de novia. Qué buena elección.
Las mesas, ese lugar en el que los invitados conversan, se ríen, aplauden, gritan a pleno pulmón “que se besen los novios”, es un espacio muy importante en el que surgen conversaciones y miradas llenas de complicidad. Incluso si los invitados no se conocen entre sí, seguro que acaban dándose los números de teléfono y recordando el brindis que hicieron por los novios. Nuestros girasoles también estaban presentes y no se perdieron esos momentos, además tenían un lugar envidiable al centro de la mesa.
No podemos estar más agradecidos de que Roser y Juan formen ya parte de nuestra historia. De nuestra familia que crece a pasos agigantados con parejas tan bonitas como ellos.
G r a c i a s
Esta entrada tiene 2 comentarios
Qué maravilla! Todo cobra mucha coherencia y estilo en la decoración. Enhorabuena!
Me encanta la mezcla de estilo rústico pero elegante a la vez. Y la elección de los girasoles muy
acertada.