La Boda de María y Álvaro

Y qué boda. Qué momentos. ¿Sabéis de esas sensaciones que al volverlas a revivir las sientes como la primera vez? Si cierro los ojos veo a María subir las escaleras de esa bonita ermita, la nuestra. Si cierro los ojos está Álvaro, allí, esperándola. Mirándola como si fuera la primera vez que la hubiese visto. Pero no solo ellos. Sus familias, sus amigos, los que estábamos allí por motivos profesionales, músicos, fotógrafos… para todos fue especial. Fue ese día que tardó en venir y a todos nos llenó de luz cuando llegó. Como la luz de ese atardecer, con ese cielo y esas nubes que jugaban a dibujar formas. Y el viento, ¡ay qué viento!

Nos podríamos extender contando cómo fue el proceso de preparación. Intenso. Emocinante. De nervios. De amor, mucho amor. De pura emoción.

Os podríamos contar los cambios de última hora, las dudas por si mejor un detalle u otro. La manera tan diferente de afrontar el día a día de ese proceso desde el punto de vista de María y el de Álvaro. Pero lo que no os podríamos contar porque a veces las palabras desmerecen un hecho, es de qué manera su complicidad y su complementariedad han conseguido que todo salga, porque se entienden con solo mirarse. Porque como dice la canción, «a veces te mataría y otras en cambio te quiero comer».

Qué bonito todo con vosotros. Qué ganas de seguir celebrando juntos, porque somos un gran equipo, todo lo que la vida os prepare, que es mucho y muy bonito. Porque sois parte de nuestra familia y en #LasBodasDeMónica ocupáis un lugar muy arriba.

Hasta siempre! 💛